araña primera
te adore en silencio y fuiste un paje cantando a media tanda abrazada a todos tus juglares. Borrachos ellos servían un vino distante, fundido con oro y metal de tu boca... prendías velas para no ensordecerte y yo acechaba como un enano a medio filo entre la ruina y la victoria... que si te robé algún beso fue a preludio de otra boca y lanzadas alucinantes de humo que cargar a cuentas para no pagar de inmediato... que si te bese de atolondrada fue para dejar notas de ridículo en una bota de tu amante... ahora ido... yaciente debajo de otra nieve, alguien al que también amé, siempre de otra manera y marcada por un tierno pedazo de traición, algo propio de la adolescencia, eso que dolió porque su nombre lo anunciaba...
Me metía en una sábana para hacer de mis sueños una libélula atrapada... socorriendo un suspiro, transitando la calle avasallada por los rostros, cada quien con sus sutilezas... siempre la mía, surcida con arañas amigas, arañas arcanas aristocraticamente saladas y serenas en su devenir. Tú, mi araña primera, fuiste el primer vampiro que no quise desechar, a pesar de la hora, a pesar del sueño, a pesar de la ruina... tú mi araña mi primera, mi amada araña primera.